El Karma, a diferencia del significado que le han otorgado durante muchos años, como algo negativo que nos persigue de vidas pasadas, es acción correcta. Ese accionar que debemos hacer en el momento correcto, cuyo resultado será desinteresado.
Es una energía encausada, enfocada para realizar una acción sin
expectativas, sin dudas y sin emociones.
Esas pequeñas acciones que hacemos día a día porque las
consideramos correctas, pero sin esperar una devolución, un agradecimiento o
una respuesta que este a la altura de lo que nosotros hicimos.
La acción nos lleva a experiencia y a través de ella, a adquirir
conocimiento, es por esto que se dice que no hay Yoga sin karma. No aprendemos
solo con palabras sino accionando, haciendo. La acción nos saca de la inacción.
No debemos olvidarnos que nuestro karma llega hasta donde comienza
el karma de la otra persona, es decir que yo no puedo accionar por otro, sino
que ese otro debe hacer su parte.
Cuando no podemos accionar, ya sea por diversas razones como:
- miedo a lo que digan los demás
- miedo a la equivocación
- dudas
- los cálculo que sacamos de lo que podría suceder
La energía que no fluye y queda estancada se la denomina TAMAS y para poder liberar esa energía debemos adaptarnos a
lo que nos sucede, cambiar. Porque de no hacerlo, comenzaremos a sentir
ansiedad, inquietud y mal estar, es decir Frustración.
“El karma es acción
correcta, ese accionar permite una liberación mental y espiritual”
-Bibliografía: Apuntes de
clases teórico-prácticas